Description
Libro - Book
Dos Tomos.
Obras del Dr. Ignacio Jose de Urrutia y Montoya Introduccion.
Capitulo 1
Motivos de escribir. Arduo es lo que debfa ser f�cil, conviene hablarte, lector carfsimo, en libro eterno y con palabras de oro, para comprender las cosas cotidianas y p�blicas de la isla Fernandina de Cuba, que todos debemos saber y entender y estando cierto en su sustancia y provecho, dificulta hacerlo el modo y cualidades, viniendo a costar m�s el engaste, que la piedra preciosa, aun no castigado el estilo como pide Horacio.
Al emprender la obra del Teatro Hist=rico, Jurfdico, Polftico Militar de la isla Fernandina de Cuba y principalmente de su capital La Habana, mi amada patria, tuve el justo objeto de no enterrar en el sepulcro ,on mi cad�ver aquellos escasos talentos, que adquirf en la carrera literaria, siendo responsable como el siervo perezoso de los que recibi=. Porque no es justo retener la palabra buena en tiempo oportuno, habiendo nacido no s=lo para nosotros sino tambiTn y mucho m�s para nuestra patria. E igual�ndose las obligaciones del militar y jurisperito, en cuanto poner mano a la espada y pluma siempre que la causa p�blica lo pida.
Nacido en La Habana para ella y su Cat=lico Soberano, propendi= la profesión de mi se�or padre el Dr. D. Bernardo de Urrutia a que siguiese la misma carrera honorffica de la abogacfa. Dej=me en sus principios, y con el mTrito de sus servicios que intent= premiarle la piedad del Rey y por su fallecimiento previno lo fuesen en mf. Con este incitativo concluf las clases y pr�ctica en el Real y Pontificio Seminario de MTjico, y recibido de abogado por su Real Audiencia, me restituf a mi casa en �nimo de seguirla.
ComencT a internarme con los autores de la Facultad y a formar por ellos alguna idea de aquella Ciencia limitada en las universidades y colegios a cuatro autores de Derecho Can=nico y Civil, cuyas dificultades satisfacen dos soluciones, tal vez puramente objetivas, y hallT que mirada en los Tribunales se llama arte de artes y ciencia de ciencias como dirigida al gobierno de los hombres, Se�ores del Universo, poco menos dignos que los Angeles a cuyos pies y para cuyo obsequio se criaron los dem�s vivientes.
La lectura de D. Gabriel Alvarez de Velasco con su obra Judex perfectus y las Epfstolas de D. Juan Y��ez Parladorio a sus hijos me pusieron a los ojos las dificultades pr�cticas, y dem�s de otros, la Balanza de Astrea del sapientfsimo maestro Fray Benito Feijoo con algunas observaciones, mas entre su especulativa y nuestra pr�ctica me concluyeron la necesidad intrfnseca y general de una incesante aplicación al desempe�o de la carrera emprendida, para poder alcanzar las dos sales de ciencia y conciencia que requiere nuestro Baldo en sus alumnos.