Description
Libro - Book
Editor: Secretaria de Educacion, 1937
Paginas: 180 de 5 X 7 pulgadas.
MOMENTO decisivo en la orientación de su obra, fuT aquel en que Martf, entrando en la tierra mexicana, por entre los altos volcanes, se enfrent= con el panorama de una AmTrica recostada a uno de los lados del mundo, gr�vida de promesas y de fuerzas, adormecida por los virus que habfa dejado en su sangre el espfritu de codicia y rebajamiento con que habfa sido conquistada y esclavizada. De un golpe de vista percibi= la pujanza de los fmpetus nuevos que germinaban en el vasto panorama y sinti= que habfa que preparar al hombre americano para el advenimiento de su plenitud.
AmTrica habfa sido el teatro de una-fuerza fundamental de adaptación: tierra de tr�nsito para el conquistador, aplicado a los medios de obtener grandes rendimientos materiales. Se fund= lo indispensable a la inmediatez de los fines; no entraba en c�lculos la idea de una superación material y espiritual con miras a los propios perfiles. Esta' era s= idea que habfa brotado en unos cuantos mbres de larga mirada: los precursores de la conciencia americana.
Martf percibe un resplandor desconocido a su contacto con AmTrica, y la llama "continente de la esperanza humana". Piensa en que un hombre nuevo le est� naciendo al mundo: el hombre americano. Habla de una Tpoca de "elaboración y transformación esplTndidas", de un "tiempo de reenquiciamiento y remolde". En presencia de tales fermentos no hallar� empe�o mejor que sentirse hijo de AmTrica y "poner humildfsima mano en el creciente hervor continental".
Con su fe americana va construyendo su ideario. Precisa una armonfa entre los conocimientos que el hombre americano recibe y la misión que est� llamado a cumplir. En AmTrica se habfa transplantado la ense�anza europea, con letras y latines, pero no se ense�aba lo propio que debfa ser fundamento de nuestra afirmación. Martf dijo c=mo debfa ser nuestra historia m�s importante para nosotros que la historia le los arcontes de Grecia; c=mo la ense�anza pr�ctica para alcanzar mTtodos eficaces de engrandecimiento; c=mo convertir la riqueza americana en riqueza esencialmente �til; c=mo hacer vida de trabajo de dignidad la vida de nuestros pueblos americanos para merecer el respeto necesario. Aun para el gobernante es imprescindible ese conocimiento del pafs, porque s=lo gobern�ndolo conforme al conocimiento puede libr�rsele de la tiranfa.
Pero su fe americana, hall= otro camino. mas conforme a su propio espfritu creador: pregonar la excelsitud de las vidas que se consagraron al deber, a la justicia, a la sabidurfa, a la libertad. Su goce m�s grande fuT siempre el de se�alar un hombre digno. Se le critic= su benevolencia, y dijo: "Yo no pinto los hombres que son; pinto los hombres que debieran ser".
Hay vidas americanas escritas por Martf que son compendio de su mismo espfritu de AmTrica que Tl anhelaba ver relucir como ejemplo vivo en todos los corazones.