Description
Libro - Book
Autor: Fernando de la Rios
Editor: Librerfa Marti
Paginas: 33 de 5"X 7", 1953.
INTRODUCCION
HONRAR, HONRA
Jose Martf
Sean estas palabras del Ap=stol, las que presidan las siguientes lfneas, ya que nunca con m�s exactitud pudieran emplearse.
La Librerfa Martf, que con su nombre, rinde permanente tributo a la memoria excelsa de JosT Martf, quiere, con la publicación de Tste folleto, unirse al homenaje nacional, que ha de ofrecer la Rep�blica en el Centenario de su nacimiento. Nada m�s indicado para Tllo, que la reproducción de la inolvidable conferencia pronunciada por aquella gran. figura del pensamiento hisp�nico que fuT Don Fernando de los Rfos, en la Tribuna de la Institución Hispano-Cubana de Cultura, con motivo de la celebración del 75 aniversario del natalicio del Ap=stol de nuestra libertad.
Martf no ha muerto, dice Don Fernando de los Rios, no solo no ha muerto sino que vive hoy, con m�s lozanfa y pujanza que en las horas dificiles de su ajetreado y fugaz tr�nsito, por el escenario de la realidad.
Recogiendo el p�rrafo inicial de la magnffica conferencia de Don Fernando de los Rfos, debo decir, que no puedo tener la pretensi=n de hacer en Tstas pocas lfneas, un bosquejo siquiera de la figura inmensa de JosT Martf, "de ese gigantesco fen=meno de la lengua hisp�nica, el primer creador de la prosa, que ha tenido el mundo hisp�nico" seg�n palabras de la reciente obra de Guillermo Dfaz Piaja.
Es indiscutible que no existe, en la historia de la humanidad, figura m�s gigantesca que la de JosT Martf, que al decir de un ilustre escritor, fuT obrero, tribuno, poeta, luchador y m�rtir, porque la patria reclamaba de Tl, al mismo tiempo, obrero para construirla, tribuno para defenderla, poeta para cantarla, luchador para hacerla y m�rtir sublime para glorificarla, por que asf como todas las grandes ideas han tenido siempre un profeta que las anuncie, y todas las religiones un pontffice que las gobierne y las rija, y todos los grandes ideales de la humanidad, han tenido siempre tambiTn, un m�rtir cuyo sacrificio y cuya muerte las consa gre, las inmortalice y perpet�e, asf como las grandes utopfas han tenido un precursor y un vidente que las presiente, las adivine, las acaricie y las proclame, asf tambiTn la emancipación cubana tuvo encarnación milagrosa y magnffica en un hombre que fuT, JosT Martf. Sirvan pues, de introducción, estas modestas lfneas, a esta publicación, con la que el entra�able Manuel Alvarez Gonz�lez,.