Description
Libro - Book
Autor: P�nfilo D. Camacho
Editor: Tr=pico
Paginas: 223, 5.5" X 8", 1947.
PROLOGO: MARTA Abreu y Arencibia es una mujer impar en nuestra tierra cubana. Sin que pretenda yo darle categorfa de heroica a su figura, es lo cierto que su posición de mujer rica le permiti=, por contraste, tomar un relieve sorprendente en tiempos en que un individualismo exagerado nublaba el entendimiento de la mayorfa. Por ello, la insigne villaclare�a merece que se exalten sus excepcionales actitudes, y es justa y encomiable la disposición oficial de que se publique su biografia como conmemoración a la fecha en que se cumplir� el primer centenario de su nacimiento.
Naturalmente, los personajes desprovistos de accidentes p�blicos tienen por regla general una breve biograffa. Trat�ndose de una mujer a quien solo se le conoci= un noviazgo, traducido .despuTs, por amor, en un matrimonio pleno de quietud espiritual y de felicidad conyugal, es l=gico que su vivencia en la Tierra tenga �nicamente como centro en que girar las multiples obras de beneficencia social y de aporte a la causa de la independencia de su patria. Sin embargo, Marta Abreu tuvo una continuidad tan persistente en sus desprendimientos en los aspectos aludidos que una relación incompleta de sus actos de munificencia permite hacer su biografia, que no pile-de separarse en modo alguno de la de su ilustre esposo, el doctor Luis EstTvez y Romero.
Conviene ahora destacar el hecho de que, gracias al desinterTs y la hombrfa de bien del que fuT nuestro primer Vicepresidente de la Rep�blica, pudo Marta Abreu acrecentar sus bienes materiales en forma suficiente para darse sin medida en beneficio de los pobres de Santa Clara y de la causa de la liberación de Cuba. Por tanto, el esposo es partfcipe destacado de la obra altruista de Marta, y hay pruebas de que en muchos casos Tl fuT el motor de plausibles realizaciones. Puede ser que no parezca congruente con la biografiada, mujer todo dignidad y respeto, el subtftulo de Una mujer comprendida dado a este libro, pero, cuando Tste sea lefdo, se ver� que Marta tuvo la rara suerte que muy pocas mujeres alcanzan de ser comprendida y amada fervientemente por un hombre que hasta lleg= a renunciar al resto de su vida cuando le falt= la presencia de la esposa que idolatraba y por los hijos de su villa natal sobre quienes habfa derramado a torrentes su bondad y su riqueza. La Habana, abril de 1947.