Description
Libro - Book
Autor: Enrique Jose Varona
Editor: Cuba Contemporanea, 1919
Paginas: 279 de 9 X 6 pulgadas.
Caratula original con algún deterioro, las paginas interiores en excelente estado de conservacion. Este ejemplar es uno de los 25 ejemplares de que consta esta edición. PREFACIO
Los fundadores de la Sociedad Editorial Cuba Contemporanea me han pedido que recoja en un volumen aquellos de mis trabajos políticos que pudieran servir para presentar las fases por donde ha pasado mi pensamiento en lo concerniente a nuestros asuntos públicos.
La tarea no era fácil, porque mi labor a este respecto, sobre todo como periodista, resulta demasiado extensa. Cuarenta años hace que empece a tratar en público las materias que se relacionan con el desenvolvimiento de nuestro pueblo; y las condiciones en que esto se realiza en nuestros tiempos imponen esfuerzos de que no pudieron tener siquiera idea los hombres de otra edad.
Para obviar en lo posible este escollo, me señale un limite que hiciera posible la selección sin perjuicio de la fidelidad; condición necesaria dado el objeto de este libro. El de preferir los escritos o discursos que se refirieran de un modo inmediato a situaciones señaladas en la vida de Cuba, o en la mía en relación con sus intereses generales.
Con profunda melancolía los reúno, porque no son 'momentos propicios los actuales para quienes han dado calor en su seno a esperanzas que están muy lejos de haberse cumplido. Ni en la situación general del mundo, sacudido por la pavorosa catástrofe de que hay memoria, ni en la particular de mi patria, desgarrada por las pasiones de sus hijos, que parecen ciegos ante las tremendas señales de los tiempos, pueden encontrarse alicientes para mantener un estado de animo que se abra confiado al porvenir. No sT, ingenuamente lo declaro, si el mal estarán mi, quebrantado por la edad, o si nace de los acontecimientos; pero es lo cierto que este súbito derrumbe de cuanto consideramos.
penas de la vida, gloria eterna. No, no hubiera este cruel espectáculo volver los ojos hacia mi patria sos sólidos en culto altos valores humanos, la integridad nacional, el derecho de gentes, la libertad civil, la humanidad, se me presenta como confirmación en lo real de la mi espantable pesadilla.
En ocasiones me figuro asistir a la apocalíptica destrucción de un mundo, la cual predice el alumbramiento de otro orden social muy diverso. Los poderes públicos, elevados sobre las mismas ideas en que se había nutrido mi espíritu, parecen tocados de vértigo, y lanzados unos contra otros en una colisión tremenda de que han de salir destrozados. Si lo el socialismo. como doctrina, se mantiene, o pretende mantenerse, fuera del conflicto, cual si hubiera de ser el llamado a edificar sobre todas estas ruinas.
Pero los hechos contemporáneos no han correspondido a las previsiones de sus profetas. No nos lleva la evolución hacia su milenio, sino la espantable revolución. Las grandes naciones actuales se me antojan empeñadas en arrojar a la universal hoguera lo de desaprecio en el orden mental, la flor de su inteligencia y su corazón, sus mancebos llenos de generosos pensamientos, los creadores de arte, los realizadores de heroísmo. Muy grande fe deben tener los socialistas en la virtud de sus teorías y procedimientos, si creen que han de introducir el orden en este caos.
Hasta los pacifistas de ayer parecen de súbito convertidos a la espantosa religión de la guerra, trocados en fervorosos predicadores de una nueva cruzada, para responder al hierro con el hierro y a los gases mediáticos con gases meffticos, aunque prometiendo a los supervivientes la entrada en otra idílica tierra de bienandanza. El paraíso, no después del purgatorio, sino después del infierno.
Entretanto, no se nos ha ahorrado una sola de las miserias que hacían intolerable el régimen del pasado; no ha quedado en pie una siquiera de las garantías que se estimaban necesarias para la plenitud de la vida del hombre civilizado: se nos regula el pan del cuerpo y del espíritu, se nos impide la libre locomotor=n, la libre contratación, la libre disposición del porvenir. Se nos obliga a realizar esta pasmosa antinomia: esclavos para defender la libertad. +Soñaron nunca los directores de la conciencia germánica, intoxicados con sus teorías, soñaron Treitschke, Lasson, Ostwald, Tannenberg o Bernhardi en esta universal aplicación de su terrible enseñanza?
Para nosotros, los cruzados del derecho, se me dirᬠesto es lo provisional. Pues en medio de este pandemónium provisional me lamento. Como se lamenta el creyente en medio de las....